María es una mujer que está siendo juzgada y somos testigos de su resistencia a someterse a un poder mayor.
María retrata a una mujer que por negarse a condenar su propio deseo y no aceptar el simulacro, está sentenciada a repetir y recomenzar un círculo vicioso.
María se presenta como un pensamiento que viene repetidamente a nuestra mente sin corresponder a un hecho de la realidad inmediata. Su imagen se proyecta en un comportamiento que nos aproxima a sus pensamientos, un trayecto mental.
María es un relato sobre la condición del ser humano en la sociedad actual y la relación con su propio deseo/cuerpo. Deseo/cuerpo, este, que es manipulado, juzgado y enmascarado por el poder disciplinar de nuestras sociedades. Antes de saber lo que anhelamos, somos adiestrados en lo que debemos desear. Al mismo tiempo que, vivimos en mundo con una doble moral, donde condenamos nuestro propio cuerpo/deseo y lo satisfacemos con artículos de consumo y en la urgencia de una felicidad. Cuerpo/deseo que termina por ser vaciado, gastado y perdido.